Borneo, isla habitada

GENTE QUE NO QUIERE VIAJAR A MARTE



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La familia de Papasagung acogió a dos de nosotros durante el otoño de 2010. Nuestro objetivo era documentar la forma de vida de una de las poblaciones indígenas más aislada del planeta.

Los Penan practican "molong", una forma de vivir basada en la autocontención. Dicen molong a los que "no toman más de lo necesario". Aquellos que viven del bosque y el bosque es su vida, sin más, y sin menos.

Los Penan no dicen gracias, no existe ninguna palabra para expresar una realidad que no existe para ellos. Todo es de nadie y es tomado por todos y para todos. Por eso no hace falta pedir por favor ni decir gracias. Solo el silencio basta.

Los Penan viven en una sociedad igualitaria, solidaria y cimentada sobre el respeto y la comprensión de lo que les rodea. Un sorprendente ejercicio de simplicidad voluntaria sin precedentes para la mentalidad occidental centrada en la competitividad y el lucro.

La familia de Papasagung se instaló en el final de una carretera trazada por las compañias madereras. En este justo lugar con la inteción de frenar el avance de los buldocers por sus tierras ancestrales. El gobierno malayo les da la espalda y les critica por querer seguir viviendo con cerbatanas y taparrabos. Les acusa de querer vivir "a su manera". Les dice que nos les ayudará hasta que no cambien su forma de pensar.

¿Quién debe cambiar su forma de pensar, me pregunto?
¿Hasta cuando aguantará la familia de Papasagung?
¿Qué puedo hacer yo para frenar los intereses económicos que amenazan la vida de 2,5 millones de personas que viven del bosque en Borneo?

Numerosas organizaciones locales e internacionales están trabajando para cambiar su situación, dar a conocer su realidad y presionar a los gobiernos europeos, el malayo y mucho otros a fin de que dejen de invadir los territorios en los que viven tantas personas en las selvas primarias a lo largo del globo.

Algunas de ellas son:
Survival, Friends of the Earth, Tahabas, Greenpeace y muchas otras.

TRAS EL ÚLTIMO HOMBRE DEL BOSQUE



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La selva de Borneo acoje el 6% de toda la fauna y flora del planeta pero sufre la mayor destrucción de todos los bosques tropicales del mundo debido a los intereses de la industria maderera y sobre todo de las plantaciones de "palma aceitera". Casualmente, el mayor demandante de este aceite vegetal es la industria alimentaria europea. Destinado a la bollería y preparados industriales principalmente. Resulta paradógico de que manera se pone en nuestras manos, cada día, la conservación de la selva primaria, la vivienda del orangutan o de los 2,5 millones de pobladores indígenas del bosque de Borneo.

La selva tropical acoge la mayor parte de principios activos utilizados en la medicina, que fueron descubiertos por los pobladores del bosque, aislados y elaborados en serie para mejorar nuestra calidad de vida y combatir las enfermedades y dolencias de cada día. Destruir la selva es renunciar a todo lo que queda por descubir, es reducir nuestra capacidad para vivir más y mejor... en el futuro.

Tras el último hombre del bosque es una serie de fotografías de la fauna y flora más llamativa de Borneo, un regalo para la vista que está a punto de desaparecer.

Una realidad y una situación que puede cambiar, pero que no cambiá sola.

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Los Penan te lo agradecerán.

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