Pacaya


Sangra a terra cinza e fume, a distancia silencia o estrondo que precede á explosión. Roxe a montaña e no alto unha fumarola soña con tocar o ceo. Ríos de pedras e lava son as veas da montaña que flúen ladeira abaixo. Resoan os pasos na rocha baixo os nosos pés.

Nos bordos, a lingua de lume arde e o bosque deixa paso. Rochas en chamas saltan da boca da montaña e precipítanse polo cono aceso. Cambia o vento e golpéanos á calor inmensa do centro da terra, derrétense as gomas das botas e séntese que arde o chan a cada paso.

Como debe ocorrer no mesmo inferno, como na terra de “Mordor”, como máis aló do real e o irreal, Pacaya é un lugar onde se poden ver nacer as montañas xurdindo de si mesmas.

Texto: Volcán de Pacaya, Guatemala. Marzo 2010
Fotografía: Parque Nacional de Landmanalaugar, Islandia. Agosto 2008



Pacaya

Sangra la tierra ceniza y humo, la distancia silencia el estruendo que precede a la explosión. Ruge la montaña y en lo alto una fumarola sueña con tocar el cielo. Ríos de piedras y lava son las venas de la montaña que fluyen ladera abajo. Resuenan los pasos en la roca bajo nuestros pies.

En los bordes, la lengua de fuego arde y el bosque deja paso. Rocas en llamas saltan de la boca de la montaña y se precipitan por el cono encendido. Cambia el viento y nos golpea al calor inmenso del centro de la tierra, se derriten las gomas de las botas y se siente que arde el suelo a cada paso.

Como debe ocurrir en el mismo infierno, como en la tierra de “Mordor”, como más allá de lo real y lo irreal, Pacaya es un lugar donde se pueden ver nacer las montañas surgiendo de si mismas.

Texto: Volcán de Pacaya, Guatemala. Marzo 2010
Fotografía: Parque Nacional de Landmanalaugar, Islandia.
Agosto 2008