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Onde a auga chega sen ser vista e na praia ninguén está para mirala, dende un lugar preferente na barricada vese como o mundo se converte nunha pelota de pin-pong chea de vida. Cos novos membros empuxa un diminuto corpo frio e recente, vira as bonecas e outra palada máis para arrastrar o corpo sobre a area como a cabeza vermella dun misto que se inflama e saltan faíscas.

Unha mirada á fronte e o mar empeza a asolagar o horizonte. Un rego de pequenas mans debuxa a retorta curva da vida e o tempo detense. De xeonllos observando choro a auga do oceano. A cabeza no alto e os últimos metros miran á pacífica inmensidade. Un arrebato do mar devólveas á beira e o esforzo repítese de novo, son as garras da vida que se aferran a ese cravo ardendo que é nacer na praia sendo nada.

Baixo a posta de sol flota xa a esperanza e a auga tínguese de mil cores e de mil cabezas que flotan e afúndense de novo no oceano Pacífico. De xeonllos estaba cando chegou a gran onda que mollou o meu recordo e nun caparazón de tartaruga fóronse os soños de regreso.

Volver, dentro de 20, de 30 anos a este mesmo lugar é a esperanza que teño. Xa só quedan os regos na area e a vista posta sobre o horizonte onde expira este 14 de marzo.
Bágoas nos ollos e a mente varada para sempre sobre esta praia. Onde chega a onda sen ser esperada, onde non hai nada.

“Ao solpor do 14 de marzo de 2010, liberamos 139 tartarugas mariñas da especie Paslama (unha das máis ameazadas) ao oceano Pacífico nas praias de Villa el Carmen, na acienda de los Cardones (Nicaragua) ... vémonos en 30 anos.

Texto: Praia de Villa e Carmen, Nicaragua. Marzo 2010
Fotografía: Río de Navea, Ourense. Xuño 2010


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Donde el agua llega sin ser vista y en la playa nadie está para mirarla, desde un lugar preferente en la barricada se ve como el mundo se convierte en una pelota de ping-pong llena de vida. Con los jóvenes miembros empuja un diminuto cuerpo frio y reciente, gira las muñecas y otra palada más para arrastrar el cuerpo sobre la arena como la cabeza roja de una cerilla que se inflama y saltan chispas.

Una mirada al frente y el mar empieza a inundar el horizonte. Un surco de pequeñas manos dibuja la retorcida curva de la vida y el tiempo se detiene. De cuclillas observando lloro el agua del oceano. La cabeza en alto y los últimos metros miran a la pacífica inmensidad. Un arrebato del mar las devuelve a la orilla y el esfuerzo se repite de nuevo, son las garras de la vida que se aferran a ese clavo ardiendo que es nacer en la playa siendo nada.

Bajo la puesta de sol flota ya la esperanza y el agua se tiñe de mil colores y de mil cabezas que flotan y se hunden de nuevo en el oceano Pacífico. De cuclillas estaba cuando llegó la gran ola que mojó mi recuerdo y en un caparazón de tortuga se fueron los sueños de regreso.

Volver, dentro de 20, de 30 años a este mismo lugar es la esperanza que tengo. Ya solo quean los surcos en la arena y la vista puesta sobre el horizonte donde expira este 14 de marzo.
Lágrimas en los ojos y la mente varada para siempre sobre esta playa. Donde llega la ola sin ser esperada, donde no hay nada.

“Al ponerse el sol del 14 de marzo de 2010, liberamos 139 tortugas marinas de la especie Paslama (una de las más amenazadas) al oceano Pacífico en las playas de Villa el Carmen, en la acienda de los Cardones (Nicaragua) … nos vemos en 30 años”.

Texto: Playa de Villa el Carmen, Nicaragua. Marzo 2010
Fotografía: Río de Navea, Ourense. Junio 2010