Nevando en serio

Los retos forman parte de lo personal. Donde uno ve frio, otro ve aventura. Donde se ve riesgo, otro ve emoción. Lo que para algunos es imposible, para otros es posible.

Si ahora ya hemos llegado al Everest, o hemos alcanzado el polo sur. Hay quien corre en menos de 10 segundos los 100 metros e incluso quienes han saltado más lejos y más alto de lo que nunca nadie había saltado. ¿qué será de nuestros sueños entonces si ya no quedan retos?

Ahora que nieva por fin, quieren llegar en invierno, por un lugar que nunca antes un ser humano había pisado, sin sherpas ni campos intermedios. Llevando a la espalda todo el material. Les llaman locos porque sueñan cosas que los demás creemos imposibles, porque van a lugares donde nosotros no creemos que sea necesario llegar, porque creemos que no tiene sentido asumir el riesgo.

En cambio, y siendo todo lo dicho bastante cierto, falta algo en ese análisis. Y es que no es un viaje por los lugares que nunca he visto, para conocer nuevas montañas, sino que se trata de una posición ante la vida. Se trata de un viaje por el interior de mi mismo. Se trata de buscarme y de encontrarme, de aprender, de sentir que me siento vivo.

Y ahora ya en serio: ¡nieva por fin!