El movimiento Democracia Real Ya, el 15M y las movilizaciones posteriores a lo largo y ancho de la geografía española e incluso mundial ha conseguido cambiar el panorama social en España. Las movilizaciones de las últimas semanas representan una gran oportunidad para visibilizar la indignación y el malestar, frente a estos recortes sociales, pero también, frente a las políticas de ajuste económico impuestas por los mercados, la corrupción o la falta de una verdadera participación ciudadana en los asuntos públicos.
Desde la mayoría de organizaciones sociales, ecologistas, feministas u obrerar se apoya la gran movilización social que está teniendo lugar estos días. Porque entienden que ahora más que nunca es necesaria una ciudadanía exigente con la clase política, que rechace la corrupción de los poderes públicos y denuncie el sometimiento de las políticas públicas a los deseos de los mercados financieros, los especuladores, los poderes económicos de las grandes empresas y en especial de los banqueros. Entienden que estas reivindicaciones son legítimas y las reformas que acaben con esta situación inaplazables.
Necesitamos una ciudadanía dispuesta a hacerse cargo de su futuro, en un modelo de democracia participativa y transparente que nos permita, a todos como ciudadanos y a las propias organizaciones sociales: fiscalizar la acción de gobierno en materia medioambiental, de igualdad, de trabajo, social, etc., y que no limite las fórmulas de participación al voto.
Las socias y socios, simpatizandes y bases sociales de todas estas organizaciones estamos en Sol y en todas las ciudades en donde contamos con grupos locales apoyando las movilizaciones. Porque entienden que este movimiento es de individuos y que nuestro papel será el de seguir canalizando el descontento, la indignación y las propuestas de la ciudadanía como llevamos haciendo desde siempre. Con una gran masa social sensible y movilizada se construye el "otro mundo posible" que queremos: sostenible, justo y solidario.
Ahora que los violentos comienzan con los desalojos con pretextos ridículos en la mayoría de los casos, la resistencia y el apoyo se hace más necesario.
